viernes, 16 de abril de 2010

Opinando sobre Web 2.0

En los últimos años las tecnologías conocidas como Web 2.0 han experimentado un aumento en su consumo. La creación de redes sociales, como Facebook y otros, atraen actualmente a millones de visitantes al mes. Como consecuencia, las empresas, con deseos de aprovechar este impulso, están experimentando con estas herramientas. Aunque es bueno mencionar que hay muchos que no están satisfechos con el uso de las tecnologías de la Web 2.0. Algunas razones son: la estructura orgánica, la incapacidad de los directivos para entender los nuevos niveles de cambio y una falta de compresión sobre cómo crear valor utilizando la Web 2.0. Hay una serie de los factores de éxito actuales, la Web 2.0 no alcanza las expectativas esperadas. Por un lado, se encuentran los ejecutivos que no se comprometen con el cambio; por el otro lado, se fracasa simplemente porque los administradores no saben cómo estimular el tipo de participación para obtener resultados significativos. Las nuevas herramientas suponen involucrar a una amplia base de trabajadores, además exige una mentalidad diferente a los anteriores programas informáticos, dentro de estas herramientas las más utilizadas son los blogs y las redes sociales, es así como son interactivas y requieren la participación de los usuarios para generar nueva información y contenido, o para editar los trabajos de otros, tal como es el caso de nuestro nuevo grupo de RR HH en donde estaremos compartiendo información.

A diferencia de los ERP que vimos al inicio del ciclo, en este tipo de programas los usuarios procesan la información en forma de informes, además se puede utilizar la tecnología para la ejecución de transacciones como la emisión de pago, etc. Sin embargo siendo cautelosos estas herramientas son diferentes ya que son fácilmente aplicables, y suponen un reto para la organización y su cultura.

martes, 13 de abril de 2010

EL ADOLESCENTE Y EL SEXO
Por Lic. Cecilia Portillo de Sosa

Usted no necesita ser pastor de una congregación grande para saber que estamos en medio de un ataque infernal en contra de los valores morales y especialmente, en contra de los jóvenes. Las tristes estadísticas nos cuentan la historia de alarmantes cifras de adolescentes presionados o seducidos a caer en el pecado sexual y por nuestra cultura crecientemente inmoral, millones de jovencitos de nuestra nación, están sufriendo las graves consecuencias físicas y emocionales de la promiscuidad.
Muchos de nosotros habíamos dado por sentado que el temor al SIDA reduciría las incidencias de actividad sexual en la juventud. Sin embargo, la tendencia alarmante, muestra lo contrario: el 60% de las jóvenes tienen relaciones sexuales a partir de los 18 años, uno de cada cuatro adolescentes sexualmente activos adquiere alguna enfermedad venérea antes de terminar la escuela secundaria; es más, las enfermedades de transmisión sexual, alcanzan su mayor tasa de incidencia en edades comprendidas entre los 10 y los 18 años. Sin embargo, en medio de tantas malas estadísticas sobre la juventud, la buena noticia es que los padres juegan realmente un rol importante en el desarrollo de la moral de sus hijos y que Dios los ha colocado en la mejor posición para ayudarles a crecer y dirigirse hacia una madurez virtuosa. A pesar de todos los altibajos, de aprender a vivir bajo el mismo techo y todas las malas influencias que llegan del mundo, los hijos sin embargo, miran a sus padres como los modelos principales y como las autoridades, a las que se subordinan. Como padres cristianos, entonces, no sólo tenemos una responsabilidad puesta por Dios, sino una preciosa oportunidad de ayudar a nuestros hijos a cultivar el coraje moral para poder resistir a las pasiones del medio. Aunque no siempre lo demuestren, la verdad es que anhelan que les demos la dirección moral, que fijemos un ejemplo para ellos y que contestemos a sus preguntas e inquietudes respecto al tema.
Uno de los escollos más grandes que enfrentan los padres que necesitan y quieren hablar con sus hijos adolescentes, acerca de la integridad sexual, es que muy a menudo se sienten incómodos de hacerlo. No están seguros acerca de cuál es el momento ni el lugar oportuno para una conversación de esa naturaleza. Si los padres hemos de enfrentar el desafío de ayudar a nuestros hijos a permanecer sexualmente puros, necesitamos apoyarnos constantemente en el Espíritu Santo por medio de la oración; además de una estrategia práctica para iniciar una charla efectiva que nos sirva de acercamiento a fin de disminuir la falta de confianza que suscita el hablar de las cuestiones más sensibles de la biología humana, la sexualidad, o el noviazgo, con un adulto. Es necesario obtener de nuestros hijos la promesa a Dios de mantenerse sexualmente castos para que puedan honrar al Señor con su mente, su corazón y su cuerpo, con la firme confianza de que Dios le proveerá la gracia necesaria para poder mantener su compromiso con Él. Una forma de ayudar a nuestros hijos a sentirse valiosos es enseñándoles quiénes son en Cristo. Una identidad sólida como hijos amados de Dios, por quienes Cristo murió y en quienes vive Cristo, puede proveer a los jóvenes de la base necesaria para tener una autoestimación real y bíblica. El conocimiento de que para Dios valen mucho, fortalece a nuestros hijos en las ocasiones en que de otra manera podrían rendirse ante la tentación del mundo. Al advertir que su cuerpo es una obra maestra sagrada de Dios, reconocen que el sexo fuera del matrimonio violaría esa santidad y les ayudará a superar las nociones erróneas tan difundidas en nuestra cultura acerca del sexo y el enamoramiento a fin de desarrollar una perspectiva correcta y sana acerca del amor y el matrimonio.